El informe de Evaluación de la Calidad del Aire 2019, que publica todos los años el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miterd), arroja cierta mejoría respecto al informe de 2018 en lo que se refiere al número de zonas que registran superaciones de dióxido de nitrógeno (NO₂), partículas (PM₁₀) y ozono (O₃).

Este informe utiliza como referencia los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son más exigentes que los de la Unión Europea. Sin embargo, esta “mejoría” se refiere al hecho de que hay menos zonas que superan los valores exigidos. Aunque se miden diferentes tipos de contaminantes, pongamos como ejemplo el más conocido: el dióxido de nitrógeno. En cuanto al valor medio por horas, la situación es similar a la de 2018, mientras que en los valores anuales hay una ligera mejoría: solo superaron los límites Madrid, Área Metropolitana de Barcelona y Granada.

Este año nos hemos llevado una sorpresa, aunque previsible. El Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, también conocido como "Overshoot Day", es un concepto de cálculo complejo que mide el día en que "agotamos" los recursos que el planeta Tierra es capaz de producir en un año; es decir, este día entramos en números rojos y comenzamos a consumir por encima de las posibilidades que tiene la Tierra para regenerarse. Esta fecha no ha dejado de adelantarse. En 1997 fue a finales de septiembre, en 2018 ocurrió el 1 de agosto y en 2019 la fecha fue el 29 de julio.

Pero en 2020 la fecha ha sido el 22 de agosto ¿Por qué? Pues porque este año está siendo excepcional debido a la COVID-19 y la "paralización" a la que nos hemos visto sometidos a nivel económico y social. Aún así, deberíamos ser conscientes de preservar los recursos de naturales antes de agotarnos en solo 8 meses. Si cada año consiguiéramos retrasar 5 días esta efeméride, en 2050 se podría volver a vivir dentro de los límites del planeta. Conseguirlo es un reto de todos, también de las empresas.

El verano de 2020 y sus altas temperaturas alrededor del mundo han tenido un grave impacto sobre las capas de hielo y los glaciares, según datos de la Organización Meteorológica Mundial de Naciones Unidas. La plataforma de hielo de Milne en Canadá, una de las últimas en el mundo que quedaba completamente intacta, se ha desprendido perdiendo casi la mitad de su superficie; el glaciar Turtmann en Suiza se partió en dos, y el glaciar Planpincieux en Italia sigue al borde del colapso con casi 500.000 metros cúbicos perdidos. Otras masas de hielo alrededor del mundo también vieron pérdidas este verano. La destrucción de capas de hielo aumenta el nivel del mar y aumenta el riesgo de graves inundaciones.

Además, los récords de calor en el Ártico este verano, donde se alcanzó una temperatura hasta 38ºC en Siberia, estuvieron acompañados por incendios forestales sin precedentes y un nivel mínimo de hielo marino.