Reciclar móviles para evitar más guerras por el coltán

Cada vez que se pone un móvil o un smartphone en el mercado, se consume un poco de coltán, una mezcla de dos minerales (columbita y tantalita) extraídos del subsuelo de la República Democrática del Congo en condiciones de esclavitud y en muchos casos llevándose por delante muchas vidas.

La mezcla de columbita y tantalita, denominada coltán, se ha vuelto imprescindible para la telefonía móvil por sus altas prestaciones como condensador para almacenar la carga eléctrica y su bajo peso. Sin embargo, sus principales yacimientos se encuentran en Congo (80% de las reservas mundiales) y a pesar del alto valor de estos minerales, las condiciones de trabajo para su extracción son crueles. La tecnología del siglo XXI se fabrica con esclavos más propios del siglo XVI.

Desde 1998 se libra una guerra en el Congo por el control de las minas y se estima que han muerto más de 5,5 millones de personas. Un trabajador de las minas de coltán cobra en 10 y 50 dólares semanales, mientras que en el Congo el salario de un trabajador ronda los 10 dólares mensuales. Por eso no falta la mano de obra. Sin embargo, la tonelada de coltán alcanza los 400.000 dólares en el mercado internacional. 

La fotógrafa Ouka Leele dirigió el documental ‘Pour quoi?’ sobre las atrocidades que sufren las mujeres en Congo en las minas de Coltán, en el que se pregunta por qué hay que matar para tener un móvil.

Organizaciones no gubernamentales han lanzado a los largo de más de 10 años campañas para denunciar la situación. Una de ellas, hace responsables a las empresas de telefonía de las compras que realizan y ha publicado una clasificación de empresas más o menos comprometidas y activas en el control de su cadena de suministro.

Además de la responsabilidad de las empresas, está la de los consumidores, y una alternativa es el reciclaje de los teléfonos móviles. De esta forma, se recuperan los componentes y no es tan necesario extraer más recursos naturales. Según la Fundación Tragamóvil, hasta el 90% de los componentes de un teléfono móvil son reciclables y ya hay más de 1.000 contenedores distribuidos por todo el territorio nacional.

Desde Tragamóvil nos explican que los materiales más habituales en la composición de un móvil son plástico, vidrio y fibra de vidrio, cristal líquido para las pantallas LCD y metales como hierro, aluminio, cobre o plata, entre otros. Además, la batería de los teléfonos móviles es de litio-ión, que exige un tratamiento de descontaminación específico. Así, de un teléfono móvil se obtienen un 58% de plásticos, 25% de metales y 17% de vidrio/fibra de vidrio. Estos materiales se reciclan como materias primas para otros productos. De hecho, actualmente el 87% del mercado del acero, el 60% del aluminio y el 50% del cobre proceden de materiales reciclados. En el caso de este último, uno de sus principales demandantes es la industria de la electrónica.  

Desde su entrada en funcionamiento en 2001, Tragamóvil ha recogido y gestionado más de 4.000 toneladas de estos residuos,  alcanzado un ratio de reciclado del 73% y superando el 65% exigido por la normativa. Tragamóvil retiró en 2012 un total de 462 toneladas, y hasta septiembre de 2013, últimos datos disponibles, se han recogido 317 toneladas.

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