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Diálogo

Optimistas y convencidos del poder de la colaboración para avanzar hacia un futuro más verde y más digital.

Santiago Jiménez, emprendedor y CEO de Liight, y Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes, dialogan sobre la importancia de la innovación para impulsar una recuperación sostenible y justa y hacen hincapié en la digitalización como palanca de transformación.

La crisis de la pandemia sin duda es un mazazo para el conjunto de la sociedad y la economía. Pero cada vez más expertos lo ven como una oportunidad para avanzar hacia la sostenibilidad y como punto de inflexión en la recuperación económica. De hecho, muchas empresas han dado un giro en sus planes estratégicos y acelerado sus programas de innovación hacia un cambio en la manera de hacer las cosas que era inevitable si querían ser definitivamente sostenibles. ¿Compartís esta visión optimista?

Oscar Martín: La pandemia ha supuesto un punto de inflexión que nos ha obligado a activar un plan de recuperación para esta crisis económica, social y ambiental. Tenemos la oportunidad de repensar nuestro modelo para ser mucho más sostenibles. Coincido con el optimismo de los expertos sobre cómo la pandemia ha reforzado la apuesta por la sostenibilidad aunque, eso sí, creo que hay que tener una visión realista donde esté clara la interdependencia entre medio ambiente, salud y economía y construir desde ahí. Para eso es necesario que existan tanto estrategias privadas como públicas y, sobre todo, destacaría la importancia de la innovación, que ya no es una opción sino una obligación. Los CEO tenemos el deber de que en la cuenta de resultados la sostenibilidad y la innovación pasen de ser un intangible a un tangible. En Ecoembes es uno de nuestros grandes pilares porque los esfuerzos en innovación tienen su fruto y tienen que formar parte de ese escenario sostenible al que nos dirigimos.

Santiago Jiménez: Como dijo Darwin “el animal que sobrevive no tiene que ser el más grande, el más fuerte o el más listo sino el que tiene mayor capacidad de adaptación”. Yo soy optimista y creo que si hacemos las cosas bien podemos luchar contra el cambio climático o por lo menos podemos adaptarnos. La recuperación tiene que venir de la mano de la innovación.

 

El miedo que tengo es que podamos estar en un punto como el del inicio de la COVID-19. Veíamos la situación en China pero no lo tomamos en serio hasta que lo vimos encima. Tengo miedo de que sigamos viendo el cambio climático como algo lejano pese a que ya notamos sus efectos. Como sociedad deberíamos aprender de lo que ha sido esta crisis. No quiero decir que las empresas no lo estén teniendo en cuenta, pero creo que hace falta más acción. Una acción que debe darse no solo en las corporaciones que estamos más alineadas con los ODS sino que tiene que ser una labor común.

«Los CEO tenemos el deber de que en la cuenta de resultados la sostenibilidad y la innovación pasen de ser un intangible a un tangible»

Algunos economistas hablan de un momento de “oportunidades para jugadores inteligentes”. ¿En qué creéis que debería basarse esa “inteligencia” ante los retos y oportunidades que se nos presentan?

O.M: Yo veo tres aspectos claves: visión, liderazgo y alianzas. La inteligencia debe estar sobre la mesa porque tenemos que entender muy bien cuáles son los retos que tenemos. Una inteligencia que se plasme en realidades y nos permita entender y tener una visión estratégica de la sostenibilidad alineada con nuestra cuenta de resultados y con las tendencias del futuro.

 

El liderazgo es necesario para abordar la transformación que necesitamos. Es el momento de marcar liderazgo en los distintos estamentos desde donde se tienen que mover los ODS. Además, el liderazgo necesita de alianzas para transformar la forma que tenemos de trabajar, de producir o de vivir.

 

Y por último, tenemos que ser mucho más colaborativos y abiertos. El auténtico salto de valor en Ecoembes se ha producido desde que tenemos un campo de generación de valor compartido como es TheCircularLab. Ha sido un salto cualitativo y cuantitativo enorme que nos ha permitido abordar un plan estratégico 2021-2023 basado en la tecnología, la colaboración y la innovación.

S.J.: Estoy de acuerdo con esos tres aspectos claves de visión, liderazgo y alianzas. Añadiría la solidaridad. En el ámbito de las alianzas estaría bien intentar no dejar a nadie atrás, no buscar alianzas con un sentido egoísta. No es incompatible generar valor y riqueza y poder hacer que llegue a todos. Cuando se unen varias instituciones, empresas o personas la suma de las partes es más fuerte que cuando se opera de manera autónoma o individual.

 

Respecto a la importancia de la inteligencia o de ser jugadores inteligentes usaría un símil con un combate de judo o una partida de ajedrez donde tienes que optimizar tus movimientos. El cambio climático es un rival muy fuerte y tenemos que saber jugar nuestras cartas. El ser humano no es la especie más fuerte ni la más rápida pero gracias a la fuerza de la comunidad y a enseñarnos unos a otros somos la especie que más ha prosperado. En ese sentido, creo que somos a la vez nuestro mejor aliado y nuestro peor enemigo.

«El ser humano no es la especie más fuerte ni la más rápida, pero gracias a la fuerza de la comunidad somos la especie que más ha prosperado»

O.M: Me gusta la metáfora con el deporte. A mi me gusta mucho el rugby y en el mundo del deporte es cierto que ninguno es tan bueno como el equipo entero en su conjunto. Es muy importante ese punto de dejar de mirarnos el ombligo y que cada uno aporte lo que pueda. Juntos llegaremos más lejos.

Jeffrey Sachs, el economista, dijo que la recuperación solo puede ser “verde y digital”. Un ejemplo de ello es tu startup, una iniciativa nativamente digital. ¿De qué manera contribuye la digitalización a que las empresas sean más sostenibles?

O.M: Un informe de Accenture dice que aquellas empresas que aúnen las opciones digitales y las prácticas sostenibles tendrán más opciones de ser líderes. Nosotros lo estamos viendo y viviendo en Ecoembes. Nuestra apuesta por la digitalización nos va a permitir incrementar nuestros objetivos y hacerlo mejor cualitativamente.

 

Algunos ejemplos están en el avance hacia el reciclaje más digital. Es una transformación que no conocíamos y que hemos descubierto gracias a las alianzas. El vertical Smart Waste, la tecnología de blockchain, la robotización o el internet de las cosas son solo algunos ejemplos de cómo estamos caminando hacia un sistema que nos va a permitir optimizar enormemente.

 

Por supuesto, el gobierno del dato. Todo lo que es la toma de decisiones basada en datos será fundamental para ser cada vez mejores y para que seamos muchos más los que crezcamos a la vez.

 

La digitalización nos está permitiendo incluir en nuestros modelos de colaboración público-privada la trazabilidad y la transparencia real, que el usuario se pueda conectar a una pantalla donde chequea y comprueba las cosas. Eso se traduce en confianza y en un antídoto contra las fake news.

S.J.: Nosotros también tenemos una apuesta clara por la combinación de digitalización y sostenibilidad. La misión de Liight es motivar a las personas a ser más sostenibles en su día a día. ¿Cómo lo hacemos? A través de la inteligencia artificial, de los sistemas de Smart City, con la gestión del dato. Toda esta tecnología supone un cambio de paradigma en la forma en la que funcionan las ciudades a día de hoy y son una línea muy clara de acción en sostenibilidad.

 

Nosotros conseguimos transformar los hábitos de los usuarios e influir en pequeñas decisiones que pueden marcar la diferencia como, por ejemplo, evitar coger el vehículo privado y utilizar el transporte público o la bicicleta. Toda nuestra acción está muy enfocada al usuario.

 

Cuando comenzamos vimos que la sostenibilidad se estaba tratando de una manera que llegaba a la gente como algo negativo. Queríamos cambiar esa visión porque creemos que se puede lograr mucho más a través del refuerzo positivo, conseguir que la gente se sienta orgullosa por reducir la huella de carbono o por ser la persona más sostenible de la oficina.

«El vertical Smart Waste, el blockchain, la robotización o el internet de las cosas son solo algunos ejemplos de cómo estamos caminando hacia un sistema que nos va a permitir optimizar enormemente»

¿Creéis que están realmente comprometidas las empresas con los ODS, el medio ambiente y la justicia social, como señalan en sus informes anuales? ¿Cuál crees que es el peso de la contribución del sector empresarial al cumplimiento de la Agenda 2030?

O.M: El movimiento empresarial hacia los ODS está en funcionamiento y tiene que tener su recorrido. Da igual el motivo por el que los ODS han llegado a las compañías. Para mi lo importante es tener un mapa de consenso que en el mundo empresarial debe estar basado en la obligación moral de contribuir a ellos y en la oportunidad de hacerlo entre todos.

 

Durante la pandemia hemos visto cómo en los momentos más duros tanto las empresas pequeñas como las grandes han hecho lo mejor que mejor podían y sabían hacer. Han tenido iniciativas solidarias de todo tipo. Todo eso ha hecho que los retos que nos plantea la Agenda 2030 estén más cercanos y seamos más conscientes de su importancia.

 

Para que la Agenda 2030 termine de consolidarse es clave pasar del discurso del RSC a la estrategia de las compañías. Tiene que estar en los consejos de administración. Necesitamos que los ODS se metan en el corazón de las empresas y de su gobernanza. Y, por otra parte, que se establezcan políticas desde el liderazgo.

S.J.: Ahora hablamos de Agenda 2030 porque ya estamos en 2021, pero hace unos años el objetivo era el 2020 y al final ha llegado y como que todo se ha aplazado. Yo veo clara la apuesta en algunas empresas y hay que reconocerlo. Ves que realmente son empresas que se lo creen y que están apostando por ello. Lo importante es que estas empresas no sean casos raros sino que se tienda a que sea la apuesta mayoritaria. Es fundamental que las iniciativas sostenibles tengan una posición central en las organizaciones y que no se queden en poner documentos en la página web que los directivos no se han leído.

 

Me parece importante reforzar la legislación política y que sean temas centrales para las compañías, es donde se puede conseguir el impacto más importante. La acción de los ciudadanos tiene menos peso si las grandes empresas no realizan acciones relevantes. Hay que exigir a quien tiene más capacidad para lograr cambios.

«Es fundamental que las iniciativas sostenibles tengan una posición central en las organizaciones»

Y ahora, miremos al futuro inmediato. Con suerte, dentro de un año ya estaremos viviendo una relativa normalidad. Durante la pandemia muchos se han replanteado su relación con el campo y las ciudades, en definitiva, con el entorno: hemos aprendido a valorar más el planeta, y la importancia de cuidarlo. ¿Creéis que realmente hay un antes y un después en la conciencia y el compromiso de la sociedad con el medio ambiente? ¿Habremos mejorado realmente en nuestro día a día cuando pase todo?, ¿Pensáis que nos hemos dejado aún cosas sin aprender? ¿veis un futuro esperanzador, especialmente cuando se culmine el relevo generacional?

O.M: Veo un futuro verde y circular. Esta tendencia hacia la sostenibilidad y a la circularidad ya no tiene vuelta atrás. Hay mucho por hacer, qué duda cabe, pero creo que hay un antes y un después y quiero quedarme con ese positivismo. La sociedad hoy está mucho más preocupada y más concienciada por el medio ambiente y creo que en eso juega un papel fundamental la educación. Nosotros, en 2020, hemos estado con temarios sobre educación ambiental en colegios y hemos llegado hasta 75.000 personas.

 

No hay vuelta atrás. La pandemia ha venido a apuntalar esto y yo creo que emprendedores, madres, padres, activistas, ejecutivos, líderes políticos, referentes culturales, medios de comunicación, todos estamos llamados a ser parte activa del cambio.

S.J.: Coincido con esa visión optimista y de un futuro verde. Recalcaría que es importante no relajarnos. Que no pase como en la universidad cuando el primer día empezabas muy motivado y al final lo dejabas todo para última hora. Hay que estudiar todos los días. Muchas veces lo que cuesta es comenzar y ahora que tenemos la marcha iniciada y hay impulso debemos mantenerlo. También es importante la velocidad a la que avanzamos. No podemos ir más despacio, creo que estamos avanzando, pero creo que deberíamos ir más rápido.

 

Estoy convencido de que debemos ser optimistas, pero también debemos ser exigentes. Me gusta mucho citar una frase de Steve Jobs: “solo aquellas personas que están tan locas como para creer que pueden cambiar el mundo son quienes lo logran”.

«Esta tendencia hacia la sostenibilidad y a la circularidad ya no tiene vuelta atrás»